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Causas de la Ambliopía

Los niños nacen con una agudeza visual que se estima cercana al 5%, pero en la medida que van creciendo los ojos y se desarrolla la vía visual, aprenden a ver logrando su maduración alrededor de los 7 años de edad.   La ambliopía se ocasiona debido a cualquier alteración que le impida al cerebro recibir una imagen nítida en este proceso de desarrollo.

Durante los cuatro primeros meses de vida hay una maduración gradual del ojo y de las vías visuales, las cuales permanecen maleables durante los primeros 7 años; después de ésta edad se cierra la maduración visual y no es posible modificar la evolución de la ambliopía.

Son varias las enfermedades que pueden causar ambliopía o mal desarrollo de la visión de un niño, siendo las más importantes las siguientes:

 

Desarrollo visual en los niños

Al nacer el niño ve luces y manchas, por lo que aún no nos puede proporcionar una información valiosa sobre su calidad de visión. La primera manifestación que ayuda a tener un indicio es el movimiento. Comienza a ver que algo se mueve en su campo de visión y lo sigue. También de forma precoz tiene una percepción de las tres dimensiones. El bebé de pocos meses se ve las manos, ve el suelo o la silla donde está sentado. Todavía reconoce a su madre por la voz y por el contacto en la piel, pero no tarda mucho en ir identificando esa imagen borrosa con la cara materna.

 

En cuanto tiene suficiente autonomía de movimientos para interactuar con su entorno, al niño le atraen los objetos de colores, se acerca a ellos, los tira, los vuelve a romper. Sus ojos aprenden a identificar los objetos separados del entorno, tiene que extraer la información útil de la imagen. Toca los objetos, calcula su tamaño con los ojos y lo comprueba con sus manos, estudia la dureza o el peso de lo que ve lanzando el objeto. Ese niño que aparentemente está jugando a tirar al suelo todo lo que encuentra, realmente está recolectando datos.

 

Los procesos que permiten interpretar una imagen están tan automatizados que no somos conscientes de lo complejo que son. Este aprendizaje va a una velocidad  vertiginosa. El cuerpo humano emplea una buena parte del cerebro sólo para eso, y para que toda esta “computadora” funcione al máximo, hace falta un flujo constante de datos de entrada. Por lo tanto no es suficiente tener la “computadora” bien, se necesita una abundancia de datos. Si por cualquier causa esos datos no llegan o algo impide que se puedan usar, el sistema visual no se desarrolla. No se aprende a ver.

 

Existe un periodo en el que el cerebro es capaz de aprender a interpretar la información del ojo (hasta los 7 años aproximadamente). Pasado ese tiempo, ya no se puede aprender a ver. Si las neuronas destinadas para la recepción y elaboración de una imagen no reciben datos de un ojo, se pondrán a trabajar para el otro ojo, o para otras funciones no visuales. Y pasado un tiempo, las neuronas no podrán volver a encargarse del ojo afectado.

 

Las vías visuales requieren esencialmente dos componentes para lograr un adecuado desarrollo:

  • Una buena imagen en la retina. Es decir, bien enfocada.
  • Que el cerebro no tenga que “ignorar” la información que recibe del ojo.

Todos los ojos perezosos se deben a que ha fallado alguna de estas dos condiciones.

 

Diagnóstico de ambliopía